Desde que este hermoso deporte llamado fútbol se transformó en un negocio mediático, el 80% de todo lo que se escribe y se habla en su entorno está ligado al negocio y no al deporte. Cada día se habla menos del juego y cada opinión, casi siempre, está ligada a vender un supuesto éxito con la complicidad del engaño.
Un ejemplo de ello son aquellos entrenadores que cuando les va bien, sostenidos por algún éxito momentáneo, quieren aparecer como forjadores y creadores de algo nuevo, y entre la cantidad de disparates que dicen y hacen, comienzan a presentar supuestas ideas nuevas, modelos inéditos presentados en un lenguaje raro y confuso.
Uno de los pioneros de tantas mentiras fue el argentino Carlos Bilardo que pretendió hacer creer que la Selección de Argentina que fue Campeón del Mundo en México 1986, había triunfado gracias a un modelo "moderno", diseñado por él mismo, pero que en lo táctico no ofrecía ninguna cosa que no fuera lo mismo que había hecho Italia o Alemania años atrás y que como sistema retomó el entrenador Cesare Maldini con la selección de Italia del Mundial de Francia ‘98.
Aquel equipo argentino contaba con la figura de Diego Armando Maradona en su mejor momento creativo y estado físico, y fue uno de esos jugadores que con su sola presencia refuerzan y hacen indiscutibles todos los sistemas, el fue el salto de calidad superlativa. A tal punto que se escuchó que con Maradona, no todas, pero cinco selecciones, al menos, pudieron haber ganado aquel Mundial.
Por lo tanto, si queremos ser serios en la discusión de ideas y sistemas, tenemos que intentar dar respuestas con un análisis que se base en el desarrollo del espectáculo, del buen juego y no entrar a mezclar el fútbol-juego con fútbol-negocio.
Alguna vez dijo aquel maestro del fútbol que fue Adolfo Pedernera, un futbolista de raza, resumiendo su tiempo: "todo lo que veo ya lo vi y lo que veía antes no lo veo más". Puesto que hoy creo lo mismo, me gustaría enumerar algunos conceptos que me pertenecen y que podrían explicar o desarrollar la frase de Adolfo, servir como respuesta a tantas otras que escucho a menudo.
1.- El fútbol de hoy ¿es más rápido que en el pasado?
A diferencia de otros deportes, el atletismo por obvias razones o el basquetbol, no es más rápido el que llega primero sino el que resuelve antes. El francés ZinedineZidane se movía como un jugador de todas las épocas y eso que no fue más veloz que Valencia, Robben o Ribery, y resuelve por buen jugador y no por velocidad física. Cristiano Ronaldo es el mejor ejemplo del presente del fútbol actual. La velocidad está ligada a la técnica y a la inteligencia. Anticipar, saber decidir y resolver siguen siendo las premisas del buen jugador de fútbol. El que es más veloz llega primero, el que es más inteligenteresuelve mejor. Sin duda hoy vemos, semana a semana,jugadores más atléticos casi hechos por el capricho de la genética, sacados de comics de superhéroes pero nos siguen deslumbrando aquellos que entienden que el objetivo del juego, no es ser más fuerte o rápido sino que es la eficiencia y la eficacia quienes rigen los resultados. El fútbol de todas las épocas requiere que la inteligencia combine la eficiencia y la eficacia en fracciones de segundo.
2.- ¿Hoy se marca más y más duro, con mayor velocidad?
A las grandes estrellas de antes como Pelé, Maradona, Platini, Garrincha, Gerson, Cruyff, los marcaron de todas las maneras posibles, tan fuerte y tan al hombre como lo marcan hoy a Zidane, Toti, Raúl, Rivaldo, Ronaldinho, Messi o a cualquier otro. Los que creen que tienen que anular a los creadores del fútbol como una marca férrea y personal existen ya desde hace 40 años. La gran diferencia es lo mediático del negocio. Hoy se juzga al juicio, al valor de la regla y no de la acción, a la intención y a la interpretación de la regla de juego. La inmediatez del mundo de hoy permite que los juicios coqueteen entre la justicia de las leyes y la frivolidad de la permisible.
3.- ¿La marca en la zona es más riesgosa?
Los sistemas en sí no lo son, disminuyen los riesgos cuando se hacen bien y se acrecientan cuando se hacen mal. En el fútbol, como en la vida, es imposible evitar los riesgos; quien no lo intenta se arriesga a morir de nada, y éste es el peor de los riesgos.
4.- Hoy es imposible jugar tocando, la velocidad y la cantidad de jugadores en el medio campo hace que no haya espacio.
Esto no es verdad, el tema pasa por determinar una manera de lograr la eficacia. Hay que hacer la elección, decidir lo que se quiere, como Holanda o el FC Barcelona, que apuesta a la tenencia de la pelota como punto de partida de su juego. ¿Y cuántos toques? Quién lo sabe, esto lo determina el talento del jugador, pueden ser 5, 10 o 25. Otros lo miden por el porcentaje del tiempo en que se posee el balón, por cierto, el FC Barcelona ha llegado a tener más del 73%. Esto es posible por las siguientes razones: el rival juega con 11 jugadores, 10 de campo repartidos en un terreno de 100 por 70 metros, lo que significa que cada jugador puede controlar, él solo, 63 metros cuadrados. Donde se puebla un lugar, se despueblan los otros.
La pelota siempre, por lo menos hasta hoy o hasta que me demuestren lo contrario, sigue siendo más rápida que la carrera de un jugador. Siempre es más rápido un pase que un traslado. Por la tanto, la tenencia de la pelota y por ende el juego en sí se resuelve con técnica, movilidad y participación. Los tiempos de aceleración o pausa, de pase-gol o pase de distracción los maneja el talento. El talento de aquellos de los que cada día hay menos: los buenos jugadores de fútbol. Saber jugar bien al fútbol es el gran secreto y esto no tiene que ver con correr mucho, sino con desplazarse bien; tampoco es bueno quedarse parado, sino encontrar los mejores lugares, ni tener que ser muy hábil, sino aprovechar la habilidad para clarificar el juego, ni alcanza tener técnica, si después se elige mal. Es decir, no por técnica o habilidad, por fuerza o velocidad sé es automáticamente un buen jugador de fútbol.
Para ser un buen jugador de fútbol hay que saber jugar con todo lo que esto implica. Franz Beckenbauer no fue el más hábil, ni el más rápido, ni el más técnico, ni el más fuerte; fue uno de los grandes defensores de la historia del fútbol porque fue ante todo inteligente. El alemán Overath o la pareja del siglo Xavi e Iniesta del FCBarcelona, no sé si son los más hábiles, más veloces, más potentes, más combativos, más dinámicos que otros de su generación, pero lo que sí sé es que son muy inteligentes.
El fútbol quizás sea el mejor reflejo de la sociedad contemporánea. Se siguen reglas universales, la ética juega al ritmo del balón, los equipos usan los estandartes del pasado que incluso pretenden simbolizar el pueblo de un país pero lo que hace diferentes los unos a los otros, no es la fortaleza, ni el tamaño, ni la diferencia genética o racial, la diferencia radica en los mismos principios con que se mide el desempeño y el progreso de la sociedad actual, las 5 T’s: Talent, Technic, Training, Timing y TeamWork. Cuando se ejecuta en armonía alcanza niveles de arte fugaz que despierta emoción y pasión, que refleja la belleza estética y honra el espíritu deportivo.
Quiero cerrar con una anécdota que viene de otro deporte pero que bien la podemos utilizar para lo que estamos planteando. Una vez le preguntaron a Jackie Stewart, aquel fenómeno de la Fórmula 1 de los años sesenta y ahora comentarista de F1 TV, si el quíntuple Campeón Mundial, Juan Manuel Fangio, podría correr en la Fórmula 1 de hoy y él respondió: "estoy seguro que sí, lo que no podría asegurar es si todos nosotros hubiéramos corrido en su época". Esto mismo acontecen en la actualidad con lo jóvenes estudiantes. Los padres de biblioteca asombran por el uso de tablets o medios de comunicación de la tecnología de la información en sus hijos menores, “esta generación nació con el chip incluído” dicen al unísono, a mi me gustaría saber si esta generación puede tener la capacidad analítica y sintética de la generaciones pasadas para hacer obras portentosas. Crear algo de la nada no es o mismo a usar lo creado.
Estoy seguro que Pelé, Garrincha, Cubillas, Kubala, Cruyff, Beckenbauer, Schuster, Rivelinho, Overath, hoy serían figuras indiscutibles, pero no sé si los que hoy lo son, lo habrían sido en el pasado. Mientras los jugadores no se preocupen por entender el juego y supongan que es sólo un juego de habilidades, no aparecerán los grandes jugadores.
No se entrena ni se aprende a jugar al póker fumando habanos, tomando whisky y preparándose para estar 10 horas sin dormir, sólo son los buenos jugadores de póker los que saben jugar, aquellos que saben decidir, quien tiene Talento, enTrenan diariamente, desarrollan Técnica, conocen la virtud del Tiempo y Trabajan en equipo.